Son muchas las mujeres con carné de conducir que, tras quedar embarazadas, comienzan a preguntarse cómo incrementar su seguridad y la de su futuro bebé mientras conducen. Estar embarazada no es ningún impedimento para poder desplazarse en coche. Sin embargo, si vas a tener un bebé debes tomar algunas precauciones para que ambos estéis seguros cuando vayas al volante.
Durante los nueve meses de embarazo, hay dos periodos de alto riesgo tanto para la mujer como para el bebé. Los primeros tres meses (cuando existe mayor riesgo por desprendimiento de placenta o rotura uterina, ya que apenas hay líquido amniótico); y durante el periodo más avanzado de gestación.
Lo primero y principal que debes tener en cuenta es usar siempre el cinturón de seguridad, ya que reduce en gran medida las lesiones y la posibilidad de fallecimiento en un accidente de tráfico. En el caso de las embarazadas, el cinturón de seguridad reduce la gravedad de las lesiones, tanto en la madre como en el feto.
Para una colocación correcta, la banda pélvica o cinta horizontal no debe ir situada nunca sobre el vientre, ya que en caso de accidente el peso de la madre y presión del cinturón provocarían daños al feto, sino que se ha de colocar sobre los muslos (a la altura de las ingles), por debajo del abdomen. Mientras, la banda superior, debe ir entre los pechos y sobre el hombro alejada del cuello.
Lo más recomendable es utilizar el cinturón de tres puntos de anclaje (aquellos que disponen de banda pélvica o inferior y banda torácica o superior) frente al de dos puntos. Las lesiones fetales graves se reducen en más de un 50% con este cinturón de seguridad.
Asimismo, debes saber que los airbags no se pueden desactivar, sino que es más recomendable regular la distancia del asiento a unos 20–25 centímetros del volante para reducir el riesgo de sufrir un impacto severo. También es recomendable regular la altura del asiento y volante para que el airbag no se dirija hacia el vientre directamente.
No solo el cinturón y el volante deben estar bien colocados, también la futura mamá: el respaldo tiene que estar lo más recto posible y el reposacabezas debe tener la parte superior a la altura de la cabeza.
A medida que avanza el embarazo, la tripa engorda y va limitando la libertad de movimiento de la futura mamá. Naturalmente, esto puede dar lugar a que en situaciones críticas reacciones con menos rapidez y agilidad. Por eso es mejor que, en la medida de lo posible, a partir del sexto mes sea otra persona la que conduzca. Además, es más relajante y estresa menos que ir al volante, y no solo para ti, sino también para tu bebé.
Pero si en los últimos meses del embarazo no puedes o no quieres renunciar a tu coche intenta, siempre que puedas, que vaya alguien contigo.
Si el embarazo transcurre sin problemas, los viajes largos no suponen ningún peligro. Por tanto, nada impide que vayas de vacaciones en coche. Sin embargo, el estar sentada durante mucho tiempo forzando las caderas aumenta el riesgo de trombosis.
Un par de reglas sencillas lo minimizan: sobre todo, debes beber mucho durante el viaje, especialmente si es en verano. Igual de importante es realizar pausas cada dos horas como máximo para estirar las piernas, ir al lavabo y caminar durante diez minutos. Además, es recomendable respirar hondo de vez en cuando.
En cualquier caso, consulta siempre con el médico especialista. No es recomendable conducir cuando se sufren contracciones, alteraciones del embarazo o riesgo de parto prematuro.
Tras el parto, el médico deberá decidir el mejor momento para que vuelvas a conducir (deberás esperar un poco más en caso de cesárea).
Si sigues estas recomendaciones no deberás tener ningún problema para conducir mientras estés embarazada. Ah, y lo que nunca, nunca de dejar de lado, embarazada o no, es el mantenimiento de tu vehículo. Visita tu taller de Talleres Bermar para asegurarte de que siempre está a punto.
Texto: TallerXXI
Imagen: Mapfre
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