Si vives en una zona geográfica donde la nieve está presente la mayor parte de los días, estarás más que familiarizado con ellos, pero si no, a continuación te explicamos un poco como son.
Primero de todo ¿Por qué debo llevar neumáticos de invierno?
Es muy sencillo, igual que las personas nos abrigamos cuando hace frio o utilizamos calzado idóneo para el frio, tu coche también necesita unos neumáticos preparados. ¿Sabías que un neumático estándar pierde adherencia cuando el asfalto se encuentra por debajo de los 7ºC?, con los de invierno consigues las prestaciones idóneas para la conducción sobre bajas temperaturas, carreteras heladas o con nieve.
Ahora bien, la pregunta del millón. Si utilizo estos neumáticos, ¿necesito utilizar cadenas?. No, por su diseño y composición, este tipo de neumáticos son una alternativa legal a las mismas. Lo que nos libra de la dificultad y el riego que en ocasiones supone montar unas cadenas al vehículo (Real Decreto 2822/1998)
“Cuando sea obligatorio o recomendado el uso de cadenas u otros dispositivos antideslizantes se deberá, bien colocar sobre, al menos, una rueda motriz a cada lado del vehículo dichas cadenas o dispositivos antideslizantes, bien utilizar neumáticos especiales, según lo dispuesto en el anexo VII y en la reglamentación recogida en el anexo I”
Otra cuestión es… ¿cuándo debo utilizar este tipo de neumático?.
- Como bien hemos comentado anteriormente. En lugares donde en invierno la temperatura media es inferior a 7ºC.
- En zonas geográficas donde por ley tienen la obligación de incorporarlos en temporadas concretas prestablecidas.
- Cuando por diversos motivos y de manera habitual circulas por zonas con climas helados. Para este último punto y si os movéis por distintas zonas geográficas existen los neumáticos “ALL SEASONS” los cuales informamos en otro post.
CARACTERÍSTICAS DE LOS NEUMATICOS DE INVIERNO
¿En que se diferencia un neumático de invierno al convencional?
¿Veis la diferencia? Frente a un neumático convencional, y como ya hemos indicado. Los de invierno están especialmente diseñados para rodar en condiciones de extrema dureza, bajas temperaturas y carreteras húmedas, nevadas y heladas.
Por ello presentan diferencias principalmente en la zona de rodadura, incorporando un mayor número de aristas, que dispersan los elementos externos de la carretera (nieve por ejemplo) y que te garantiza mejor frenado y mayor tracción. Así como laminillas autoblocantes, capaces de aumentar la adherencia en condiciones adversas. Igualmente los compuestos de goma que se emplean en su fabricación también son diferentes, y de mayor adherencia respecto al neumático de verano, para contrarrestar la pérdida de eficacia en las temperaturas inferiores a 7ºC.
Dado que el principal objetivo es garantizar la adherencia sobre superficies complicadas, los neumáticos de invierno cuentan también con una mayor profundidad en el dibujo, en torno a dos milímetros más. Por ello deben ser sustituidos cuando su dibujo sea inferior a cuatro milímetros, pudiendo gastar el resto de dibujo fuera de temporada.
Si se utilizan neumáticos de invierno, estos irán marcados con la inscripción M+S, MS o M&S, y deberán tener una capacidad de velocidad, igual o superior a la velocidad máxima prevista para el vehículo, no inferior a 160 km/h si la velocidad máxima del vehículo es superior a ésta, con una etiqueta de advertencia en el cuadro de instrumentos del vehículo
¿Tenéis claro ya la diferencia?, pues ahora toca disfrutar de las carreteras nevadas, bien con vuestros neumáticos de invierno si vivís en zonas heladas, o mediante cadenas, pero siempre, con la mayor precaución y atención al volante.
Si queréis más información, estaremos encantados de atenderos en nuestro taller.
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